14-12-2012
A lo largo del camino, seis milanos he contado. Todos en su vuelo a la deriva. Con sus alas acartonadas,
como un vá y ven, al compás del viento travieso y la lluvia incesante. Y una gaviota reidora, escudaba
en la altura, con la cola y las alas abiertas. Como una paloma mojada y resistente.
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